Como he llegado aquí
Para empezar mi Newsletter creo que lo correcto es contestar algunas preguntas ¿Como? ¿Porque? ¿Para que?.
En pandemia pase de viajar varias veces a la semana y estar en casa con mis hijos un total de “pocas horas/día” a estar todo el día.
Pase de menús o medio menús en bares o restaurantes a cocinar lento ( y no solo el fin de semana).
Pase del resumen apresurado de su día, deberes, colegio, extraescolares, anécdotas a tenerlos frente a la puerta del despacho con la mano levantada dispuestos a preguntarme.
Pase de levantarlos con prisas y dejarlos en madrugadores a levantarlos con calma, desayunar juntos e incluso hacerles tortitas.
Pase de celebrar su cumpleaños por la mañana o por la noche a decorarles la casa, crearles una temática y besarles en cada pausa del trabajo.
Pase de tantas cosas a tantas otras que algo hizo un click o un crock porque algo se rompió.
Llevaba 8 años en un ritmo de trabajo que me encantaba pero que me había atrapado, me vi con el piloto automático funcionando hora tras hora, día tras día, poniendo en riesgo valores y principios con las acciones que cada día hacía. Aunque entonces no lo sabía. Solo sabía que estaba incomoda que aspiraba a más, que no me sentía en paz… Luego descubrí que si tu valor es la familia y poco a poco te alejas de ella la sombra de la insatisfacción crece.
Era extraño vivir algo tan heavy como una pandemia, con fallecidos, despidos, dudas sobre la economía, la seguridad… y estar pensando “por favor yo quiero más de estar aquí cerca de los míos, quiero tirar de freno de mano y quedarme aquí.”
La pandemia se acabó y por suerte no todo volvió a la normalidad, en mi trabajo pasaron muchas cosas: menos viajes, más estrés, despidos, cambios de jefes... Así que empecé poco a poco a mirarme dentro, a mirar lo que se movía en mí, trabajé mis valores, mis objetivos, mi vida deseada, me formé y me formé para prepararme a conciencia por lo que podía pasar y ahorrar, pero ahorrar mucho para planificar mi vida sin esos ingresos.
Hasta que hubo otro crock, como una tela que se desgarra y al final no puedes ni coser.
Que importante es un jefe, un superior, un compañero, o la empresa donde estas. Que importante es que los valores de todos ellos estén alineados contigo.
Me recordé lo importante que es para mí dormir tranquila y en paz.
Tenía muchas dudas y mucho miedo.
¿Dejar un trabajo estable?
¿Dejar buenas vacaciones?
¿Dejar un buen sueldo?
¿Dejar la seguridad y la estabilidad?
¿Ser coherente con mis principios es bastante?
No fue un proceso de la noche a la mañana pero sí una decisión de la noche a la mañana.
Adiós trabajo estable, hola mundo.
Ahora me encuentras aquí: formada en Coaching, con un gran paquete de gestión de equipos en una multinacional, con mucho trabajo propio, con grandes cambios a mis espaldas y sobre todo con mucha pasión para acompañarte en tus metas y objetivos.
Este es mi proyecto personal: que el desarrollo personal o profesional no sea una crisis existencial, si no un camino que eliges cada día.
Cada día te levantas y eliges quien eres, que haces, como lo haces, con quien estas o con quien no.
Así que si hay algo que te incomoda, si quieres más o mejor, si estas dispuesta a trabajar en ti, yo estoy dispuesta a tender mi mano y a acompañarte: desde tu mapa, tu punto de partida hasta tu objetivo.
Y con una premisa que me encanta: “La concepción del ser humano como creador de su vida, posibilita, de una manera muy liberadora, el cambio y la evolución, paradigmas fundamentales del coaching”
Que aspirar a más no te haga sentir loca, que no necesites una crisis existencial para pasar a la acción. Ah! Y los objetivos se sueñan, se diseñan, se planean, se hacen y se logran.
Desarrollar comunicación asertiva, planificar un cambio profesional, mejorar en liderazgo, encontrar el equilibrio entre la vida personal y profesional, adquirir buenos hábitos o dejar los hábitos tóxicos, volver a estudiar, gestión emocional, elegir tú carrera, gestión del tiempo… Tú marcas el objetivo.