¿Qué ha hecho que mis cambios hayan sido reales?
Y seguimos con el tercer movimiento que lleva al cambio.
Y este es bonito, delicado y crucial.
Hoy quiero hablaros del cambio que nace del centro, del corazón.
En el movimiento que nace del corazón nos encontramos un movimiento en espiral, un movimiento que nace de la inquietud, puede que se necesite decir basta a algo, o que llegue desde la emoción de la tristeza o el enfado. Tal vez de la necesidad de transcender, de transformar.
Son en espiral por crecen hacia la mente y hacia los pies, es decir, conllevan pensamientos y acciones diferentes. El riesgo de este movimiento es no quedarse enroscado en el corazón, en esas emociones intensas y que por el contrario podamos conectar con lo que pensamos y con las acciones a seguir.
Es una transformación profunda que lleva juicios, creencias, pensamientos diferentes y a la vez acciones que cambian, actitudes, hábitos diferentes.
El ejemplo que voy a daros, es un proceso propio.
Hace unos años empecé a tener esos sentimientos como de tristeza, pena, enfado o frustración en la profesión que ejercía.
Más de 10 años en sector finanzas y seguros, desde el asesoramiento y el acompañamiento a mis clientes hasta seleccionar, formar y acompañar a los profesionales que atenderían al cliente final.
Es difícil no reconocerte en algo que has estudiado, te has formado, desarrollado y de lo que estas trabajando, y creo que más a mi que estoy muy ligada a la satisfacción laboral como una extensión de quien soy.
Estuve durante tiempo, mucho, no hablo de semanas... hablo de meses en esa espiral de cambio solo en lo emocional, en como me sentía, en la frustración, desconcierto... no era el mismo placer, o la misma ilusión algo cambiaba y también cambiaba el entorno.
Mi cambio era profundo sentía que no estaba feliz con lo que hacía y aun así no sabía que era lo que necesitaba para volverlo a sentir.
Seguía trabajando, y a veces lo disfrutaba muchísimo, ¡me apasiona comunicar y formar a las personas! pero... había algo, no se ¿sabes esa intuición que te dice por aquí no?
Me acabo de dar cuenta era mi cuerpo el que me decía aquí no. ¿Sabes como lo se? Por que al recordarlo se me anuda el estomago, si se hace bola, tenso la mandíbula, y siento el pecho pequeño cerrado... (me recuerda el día que os escribí como saber cuando es un sí o un no)
Que me lío. Sigo.
Un día esa espiral creció llego a la cabeza y a los pies. Me deje transitar esas emociones, cogerlas y observarlas y ahí es donde la mente hizo lo suyo pensar:
¿Qué quiero?
¿Qué no me gusta de lo que hago?
¿Qué temas me interesan?
¿Cómo lo enfoco?
¿Qué necesito?
Y claro las acciones cambiaron, el movimiento cambió.
¿Como?
Pues dedicaba tiempo a mi, buscaba ofertas laborales, formaciones, escribía mis ideas de cambio, las analizaba, valoraba...
Empecé a ahorrar para prepararme a salir de mi antiguo puesto, por incompetencia o síndrome del impostor decidí que lo mejor era reciclar mi formación: unos master por aquí, unas formaciones, busque acompañamiento...
Este movimiento, este cambio no fue rápido, años tarde en dar el paso pero lo he hecho salí de allí y hoy mi paquete profesional es más grande:
Coaching. PNL. Hipnosis Ericksoniana. Master en desarrollo personal.
Instructora de Mindfullnes. Toda mi formación en finanzas, gestión de equipos, dirección de proyectos, captación de clientes, atención a clientes, la carrera, el ciclo superior... Todo está y además he redescubierto y alineado mi corazón, mi pensamiento y mis acciones.
Estos tres días te he escrito sobre todo esto, ya que muchas veces queremos cambiar algo, queremos hábitos nuevos, cambiar de trabajo, ascender, dejar hábitos, buscar pareja o dejarla, poner limites o tener mejores relaciones... y lo intentamos, y lo dejamos, y volvemos y sufrimos y pensamos y hacemos mucho o no hacemos nada... Solo quiero que sepas que todo eso que te pasa esta dentro del proceso, y que existen herramientas, métodos que nos ayudan a entender lo que sucede, y nos ayudan en ese click de cambio.
Y ahora que he compartido esto, tal vez ya sabes si para ese cambio necesitas más de cabeza, de pies o de corazón.